Si amás, liberá.
Ya
ha dado la vuelta al mundo vaya a saber cuántas veces la famosa cita
de Richard Bach: "Si amas a alguien, déjalo libre", pero aveces, como
con muchas ideas profundas, algunas metafóricas, no se alcanza a
aprehender del todo lo que significa hasta en sus últimas implicancias.
En ese caso, nada mejor que un ejemplo para ilustrarlo, como una
historia. Es así que, muy a propósito de las infinitud de significados
contenidos en esa cita, encontré la siguiente historia en Facebook:
Uno de los niños de una clase de educación infantil preguntó:
-- Maestra…, ¿qué es el Amor?
La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado.
Como ya estaban en la hora del recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajeran cosas que invitaran a amar o que despertaran en ellos ese sentimiento. Los pequeños salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:
-- Quiero que cada uno muestre lo que ha encontrado. Entonces el primer alumno respondió:
-- Yo traje esta flor… ¿no es bonita?
A continuación, otro alumno dijo:
-- Yo traje este pichón de pajarito que encontré en un nido… ¿no es gracioso?
Y así los chicos, uno a uno, fueron mostrando a los demás lo que habían encontrado en el patio. Cuando terminaron, la maestra se dio cuenta de que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido en silencio mientras sus compañeros hablaban. Se sentía avergonzada por no tener nada que mostrar. Entonces la maestra se dirigió a ella:
-- Muy bien, ¿y tú?. ¿No has encontrado nada que puedas amar?
La criatura, tímidamente, respondió:
- Lo siento, seño. Vi la flor y sentí su perfume, pensé en arrancarla pero preferí dejarla para que exhalase su aroma durante más tiempo. Vi también mariposas suaves, llenas de color, pero parecían tan felices que no intenté coger ninguna. Ví también al pichoncito en su nido, pero al subir al árbol noté la mirada triste de su madre y preferí dejarlo allí…
Así que traigo conmigo el perfume de la flor, la libertad de las mariposas y la gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo mostrar lo que he traído?
La maestra le dio las gracias y, emocionada, le dijo que había sido la única en darse cuenta de que lo que amamos no es un trofeo y que al amor lo llevamos en el corazón. El amor es algo que se siente. Es preciso tener sensibilidad para vivirlo.
Últimamente, también se ha estado haciendo conocida otra cita, que entraña la misma idea sobre el amor a los demás. Es la de Erich Fromm, "Te necesito porque te amo, y no, te amo porque te necesito". Si bien las dos formas de amor que implica la idea responden al sentimiento de amor en las personas, la que describe mejor a mi parecer la idea más cabal o genuina del amor es la primera parte de la frase. Porque se ama sin necesitar, ya que la necesidad hace referencia a lo egocéntrico, unilateral, parcial. "Te amo porque sí, por la alegría de hacerlo", me dice la primera parte. En cambio la segunda, parece decir: "te amo porque cubres mis necesidades afectivas, y expectativas de compañia". A lo que parece deducirse que cuando ya no sea así, el amor se acabará. Asimismo, ¿necesitar es igual a depender?. Y..., ¿la dependencia es amor? Es decir, ¿el amor supone depender?. Y si es así, ¿hasta qué punto sería "lo sano"?. Sea como sea, es bueno saber que nada hay tan parcial en materia de respuestas, a preguntas como éstas.
Por otro lado, puede verse que aveces en nombre del amor se ejerce una especie de intención de control, supervisión o reaseguro de lo que el otro hace, y en casos más extremos, de lo que debería sentir o decir. Pero, ¿tiene este hábito que ver con el Amor?. ¿O se relaciona más con una necesidad de preservación de una situación, un estado de cosas, determinadas condiciones dadas que se quiere que sigan así?. Lo que en caso afirmativo trae seguramente cierta paz mental y sosiego. Por lo menos para la persona que está acostumbrada a actuar así.
Uno de los niños de una clase de educación infantil preguntó:
-- Maestra…, ¿qué es el Amor?
La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado.
Como ya estaban en la hora del recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajeran cosas que invitaran a amar o que despertaran en ellos ese sentimiento. Los pequeños salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:
-- Quiero que cada uno muestre lo que ha encontrado. Entonces el primer alumno respondió:
-- Yo traje esta flor… ¿no es bonita?
A continuación, otro alumno dijo:
-- Yo traje este pichón de pajarito que encontré en un nido… ¿no es gracioso?
Y así los chicos, uno a uno, fueron mostrando a los demás lo que habían encontrado en el patio. Cuando terminaron, la maestra se dio cuenta de que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido en silencio mientras sus compañeros hablaban. Se sentía avergonzada por no tener nada que mostrar. Entonces la maestra se dirigió a ella:
-- Muy bien, ¿y tú?. ¿No has encontrado nada que puedas amar?
La criatura, tímidamente, respondió:
- Lo siento, seño. Vi la flor y sentí su perfume, pensé en arrancarla pero preferí dejarla para que exhalase su aroma durante más tiempo. Vi también mariposas suaves, llenas de color, pero parecían tan felices que no intenté coger ninguna. Ví también al pichoncito en su nido, pero al subir al árbol noté la mirada triste de su madre y preferí dejarlo allí…
Así que traigo conmigo el perfume de la flor, la libertad de las mariposas y la gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo mostrar lo que he traído?
La maestra le dio las gracias y, emocionada, le dijo que había sido la única en darse cuenta de que lo que amamos no es un trofeo y que al amor lo llevamos en el corazón. El amor es algo que se siente. Es preciso tener sensibilidad para vivirlo.
Últimamente, también se ha estado haciendo conocida otra cita, que entraña la misma idea sobre el amor a los demás. Es la de Erich Fromm, "Te necesito porque te amo, y no, te amo porque te necesito". Si bien las dos formas de amor que implica la idea responden al sentimiento de amor en las personas, la que describe mejor a mi parecer la idea más cabal o genuina del amor es la primera parte de la frase. Porque se ama sin necesitar, ya que la necesidad hace referencia a lo egocéntrico, unilateral, parcial. "Te amo porque sí, por la alegría de hacerlo", me dice la primera parte. En cambio la segunda, parece decir: "te amo porque cubres mis necesidades afectivas, y expectativas de compañia". A lo que parece deducirse que cuando ya no sea así, el amor se acabará. Asimismo, ¿necesitar es igual a depender?. Y..., ¿la dependencia es amor? Es decir, ¿el amor supone depender?. Y si es así, ¿hasta qué punto sería "lo sano"?. Sea como sea, es bueno saber que nada hay tan parcial en materia de respuestas, a preguntas como éstas.
Por otro lado, puede verse que aveces en nombre del amor se ejerce una especie de intención de control, supervisión o reaseguro de lo que el otro hace, y en casos más extremos, de lo que debería sentir o decir. Pero, ¿tiene este hábito que ver con el Amor?. ¿O se relaciona más con una necesidad de preservación de una situación, un estado de cosas, determinadas condiciones dadas que se quiere que sigan así?. Lo que en caso afirmativo trae seguramente cierta paz mental y sosiego. Por lo menos para la persona que está acostumbrada a actuar así.
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