viernes, 17 de mayo de 2013

Ser Feliz y no desanimarse en el Intento

por Gabriela Mathey EstiloBlog (Notas) el jueves, 21 de Marzo de 2013 a la(s) 21:40
 
Ayer fue el día internacional de la felicidad. Hoy por hoy, (junto con el  logro y el mantenimiento certero de la paz y el aprender a amar), es uno de los mayores desafíos del ser humano, tanto a nivel social (se está investigando y comenzando a hablar cada vez más en todo el mundo, de la economía de la felicidad) como en la vida personal del individuo.

Se barajan decenas de pretendidas fórmulas para la felicidad, pero son sólo eso: fórmulas, y sólo pretendidas. Se dice por ejemplo que ser feliz es una cuestión de actitud, de fuerza interior, de convicción, de determinismo, voluntad, para las definiciones más clásicas. En los últimos años y con la influencia de las tradiciones filosófico-ontológicas orientales también se habla de desapego interior, de desprendimiento material y emocional. Se habla de coherencia entre el pensar, el hacer y el sentir, se habla del dar para recibir, este último como como algo inherente al mismo acto de dar. Sin embargo, a pesar de que se pueden seguir lineamientos prácticos para generar y mantener ese tan buscado estado del alma, es llamativo que no se mencione que también en esas fórmulas tengas que tener en cuenta para su "resultado efectivo" cuestiones tales como: la influencia del medio o las circunstancias (persistentes problemas de dinero o relaciones interpersonales que afectan el bienestar, entre otras posibles) y los condicionamientos inconscientes, subterráneos, que en el lenguaje de todos los días sería: la mochila que se lleva y que aunque queramos, aveces no nos la podemos sacar del todo, y no se sabe bien por qué aún.

Por todo esto, leer tantas definiciones de la felicidad en libros o en las redes sociales, es algo desalentador para mucha gente, porque expuesto así en una definicón como de libro de escuela, hace creer de inmediato en que es tan fácil de alcanzar como de decir la tabla del uno, y hasta se llega a pensar que si hay tantas dando vueltas es porque la gente debe de andar siendo muy feliz por ahí, menos uno. Así que, en honor a la contribución de la verdad sobre la felicidad, creo que no está demás leer sobre ella, pero tampoco sentirse mal porque no se pueda hacer eso que parece tan fácil de lograr, como de formularlo en un par de palabras que sin duda suenan bellas y se ven bien escritas.

Todos vivimos bajo el mismo sol, pero con distinto horizonte. La felicidad, como la vida, es un arte, y un arte personalísimo, de cada quien. Por eso tal vez sí se sostiene, con más certeza, que nadie puede decirte qué es lo que te hace feliz ni qué camino debés elegir para serlo, y sobre todo, mantenerte así.

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