domingo, 9 de junio de 2013

Sensible sí, Débil no...

Estuve haciendo un hermoso ensayo acerca de cómo la gente ve a otras personas y por qué hay tanta insensibilidad para con las personas sensibles, y/o el dolor ajeno, como si eso llegara aveces a configurar hasta una especie de estigma social, o al menos, algo reprobable. Y llegué a varias conclusiones, entre las cuales la que más destaco es la que sigue: ser Sensible no es sinónimo de ser Débil, diciéndolo así rápidamente como para hacerlo gráfico. Curiosamente, reviste lo contrario, justamente. Cuando la gente en diversas maneras "hace notar" la sensibilidad del otro, no está haciendo otra cosa más que señalar lo que incomoda y teme de la propia naturaleza, es decir, la cualidad de sensible en el otro le recuerda la propia, y eso, para algunas personas, es inadmisible, según la forma de pensar, el estilo de crianza o educación que haya tenido, las ideas que se haya procurado para vivir como lineamientos generales de su vida individual. Sepan, los que son así, y aunque denosten en forma poco consciente, o no, que la vulnerabilidad es inherente a la condición humana. En realidad, creo que tanto lo intuyen en su propia naturaleza, que entonces se ven compelidos, impulsados a aplacar las manifestaciones exteriores de la misma en los demás.


  • Las máscaras sociales y las corazas emocionales tienen su razón de ser básicamente en una aceptación social buscada, y tienen mucho que ver con el sentimiento y la sensación de no indefensión frente al otro. De allí que muchos exageran esto, y pasan al orgullo. Que no es sinónimo de soberbia, ésta configura otra calidad.

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